6.8.09

Carta de Emile Cioran a Fernando Savater, sobre BORGES


París, l0 de diciembre de l976


Querido amigo:


En noviembre, durante su visita a París, me pidió usted que colaborase en un libro de homenaje a Borges. Mi primera reacción fue negativa; la segunda... también. ¿Para qué celebrarlo cuando hasta las universidades lo hacen? La desgracia de ser conocido se ha abatido sobre él. Merecía algo mejor. Merecía haber permanecido en la sombra, en lo imperceptible, haber continuado siendo tan inasequible e impopular como lo es el matiz. Ese era su terreno. La consagración es el peor de los castigos para el escritor en general y muy especialmente para un escritor de su género. A partir del momento en que todo mundo le cita, ya no podemos citarle o, si lo hacemos, tenemos la impresión de aumentar la masa de sus «admiradores», de sus enemigos. Quienes desean hacerle justicia a toda costa no hacen en realidad más que precipitar su caída. Pero no sigo, porque si continuase en este tono acabaría apiadándome de su destino. Y tenemos sobrados motivos para pensar que él mismo se ocupa de ello.


Creo haberle dicho en otra ocasión que si Borges me interesa tanto es porque representa un espécimen de humanidad en vías de desaparición y porque encarna la paradoja de un sedentario sin patria intelectual, de un aventurero inmóvil que se encuentra a gusto en varias civilizaciones y en varias literaturas, un monstruo magnífico y condenado. En Europa, como ejemplar similar, se puede pensar en un amigo de Rilke, Rudolf Kassner, que publicó a principios de siglo un excelente libro sobre la poesía inglesa (fue después de leerlo, durante la última guerra, cuando me decidí a aprender el inglés...) y que ha hablado con admirable agudeza de Sterne, Gogol, Kierkegaard y también del Magreb o de la India. Profundidad y erudición no se dan juntas; él había logrado sin embargo reconciliarlas. Fue un espíritu universal, al que sólo le faltó la gracia, la seducción. Es ahí donde aparece la superioridad de Borges, seductor inigualable que llega a dotar a cualquier cosa, incluso al razonamiento más arduo, de un algo impalpable, aéreo, transparente. Pues todo en él es transfigurado por el juego, por una danza de hallazgos fulgurantes y de sofismas deliciosos.


Nunca me han atraído los espíritus confinados en una sola forma de cultura. No arraigarse, no pertenecer a ninguna comunidad: ésa ha sido mi divisa y continúa siéndolo. Vuelto hacia otros horizontes, siempre he intentado saber qué sucedía en todas partes. A los veinte años, los Balcanes no podían ofrecerme ya nada más. Ese es el drama, pero también la ventaja de haber nacido en un medio «cultural» de segundo orden. Lo extranjero se había convertido en un dios para mí. De ahí esa sed de peregrinar a través de las literaturas y de las filosofías, de devorarlas con un ardor mórbido. Lo que sucede en el Este de Europa debe necesariamente suceder en los países de Hispanoamérica, y he observado que sus representantes están infinitamente más informados y son mucho más cultivados que los occidentales, irremediablemente provincianos. Ni en Francia ni en Inglaterra veo a nadie con una curiosidad comparable a la de Borges, una curiosidad llevada hasta la manía, hasta el vicio, y digo vicio porque, en materia de arte y de reflexión, todo lo que no degenere en fervor un poco perverso es superficial, es decir, irreal.


Siendo estudiante, tuve que interesarme por los discípulos de Schopenhauer. Entre ellos, un tal Philipp Mainländer me había llamado particularmente la atención. Autor de una Filosofía de la liberación, poseía además para mí el aura que confiere el suicidio. Totalmente olvidado, yo me jactaba de ser el único que me interesaba por él, lo cual no tenía ningún mérito, dado que mis indagaciones debían conducirme inevitablemente a él. ¡Cuál no sería mi sorpresa cuando, muchos años más tarde, leí un texto de Borges que le sacaba precisamente del olvido! Si le cito este ejemplo es porque a partir de ese momento me puse a reflexionar seriamente sobre la condición de Borges, destinado, forzado a la universalidad, obligado a ejercitar su espíritu en todas las direcciones, aunque no sea más que para escapar a la asfixia argentina. Es la nada sudamericana la que hace a los escritores de aquel continente más abiertos, más vivos y más diversos que los europeos del Oeste, paralizados por sus tradiciones e incapaces de salir de su prestigiosa esclerosis.


Puesto que le interesa saber qué es lo que más aprecio en Borges, le responderé sin vacilar que su facilidad para abordar las materias más diversas, la facultad que posee de hablar con igual sutileza del Eterno Retorno y del tango. Para él «todo vale», puesto que él mismo es centro de todo. La curiosidad universal es signo de vitalidad únicamente si lleva la huella absoluta de un yo, de un yo del que todo emana y en el que todo acaba: comienzo y fin que puede, soberanía de lo arbitrario, interpretarse según los criterios más caprichosos. ¿Dónde se halla la realidad en todo esto? El Yo, farsa suprema... El juego en Borges recuerda la ironía romántica, la exploración metafísica de la ilusión, el malabarismo con lo imitado. Friedrich Schlegel, hoy, se halla adosado a la Patagonia ...


Una vez más, no podemos sino deplorar que una sonrisa enciclopédica y una visión tan refinada como la suya susciten una aprobación general, con todo lo que ello implica... Pero, después de todo, Borges podría convertirse en el símbolo de una humanidad sin dogmas ni sistemas y, si existe una utopía a la cual yo me adheriría con gusto, sería aquella en la que todo el mundo le imitaría a él, a uno de los espíritus menos graves que han existido, al «último delicado»...

16 comentarios:

esquinaparadise.blogspot.com dijo...

Leo, Francisco, curiosa carta de este gran poeta a Savater sobre Borges.
Me complace leer la opinión que uno de mis poetas favoritos tiene sobre el más grande, el que sólo estaba ciego físicamente, pero veía más allá.
Borges fue un visionario: su minotauro, su laberinto, su espejo, su tigre se hicieron símbolos de toda la humanidad.
Cioran asumió todo el dolor de su pueblo y por ende el de todos los seres humanos. Su almendra fue símbolo del ojo que mira estático e impotente a la lejanía. Pobre Emile, no lo pudiste soportar. Siempre te persiguió ese maestro de Alemania que tanto daño hizo. Ahora El Sena es tu canto hondo.

Gracias Leo y Francisco, estos artículos tan especiales me emocionan sobremanera.
Un abrazo
Antonio Arroyo Silva.

Lilian dijo...

Fascinante!!
Una consulta. No entiendo el sentido de las dos ultimas palabras en la carta: "al «último delicado»..." Se me ocurre que podria estar relacionado con la traduccion que se hizo al español de la expresion usada en el idioma original. Podrias explicar, por favor?
Gracias por el post!

La Turca y sus viajes dijo...

Hola!!!!!!!!!!
BORGES, si pudiese escribir el 1% de lo que escribió el, no sabia nada de esta carta, gracias por compartirla..
Un abrazo de oso.

Germán dijo...

Hermosa carta!...gracias por compartirla, no la conocía.Admiro a Borges.Mis saludos.

Deprisa dijo...

Muy interesante misiva y cargada de ironía y sentimiento. Un saludo.

monografia básica dijo...

Mi gusta mucho conocer este blog! Saludos, daqui do Brasil!

Ursula dijo...

Leo...

que suerte la de este viernes gris... mi sed de lectura me trajo hasta tu lugar... donde me admira esta carta sobre el gran Borges, un hombre de quien siempre admiro su escritura...

gracias!!!

hermosos días!!

beso!!

Alma Mateos Taborda dijo...

Muy buen post. Para pensar. Felicitaciones! Un abrazo

ANALUKAMINSKI PINTURAS dijo...

Ótimo texto! Contudo, apesar de concordar em parte com o autor, em sua afirmação de que, talvez, Borges preferisse continuar na "sombra" do que ter alcançado fama e celebridade, não podemos esquecer do que acontece quando, inevitavelmente, as letras de um grande escritor começam a funcionar como "sementes" e propagar seus brotos e ramos e raízes em muitas direções: não é possível evitar este expandimento natural, a disseminação ou multiplicação de sementes-letras que vão sendo transportadas por seus fãs e admiradores, também apreciadores de certas peculiaridades, seja da persona do escritor, seja de sua escrita. E, embora aconteça esta infinda ou estupenda propagação, é sempre bom lembrar, também, que, de um modo ou de outro, ela própria se encarrega de transportar em seu bojo, também, o potencial da diversidade e da diversificação! Abraços alados!

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Desconocía esta carta, que me parece una aportación magistral a la cultura y al conocimiento...gracias desconocido amigo por tu sensibilidad para incorporarla a tu blog, la voy a leer muchas veces, no tiene desperdicio...un abrazo desde Zuhaitz-Ondoan en la vieja españa de azpeitia

Chico de Assis dijo...

Borges, Borges, Borges.
Que bela passagem pelo mundo você teve. Quantas pérolas nos deixou.

- Leo, fiquei preocupado com a situação do Chile e apreensivo quanto á você. Que bom saber notícias suas.
Abraços do meu Brasil.

Chico de Assis dijo...

Leo querido artista. Postei em meu Blog de poesia em aúdio o poema do Roberto Piva.
Acesse;
www.chicodeassispoesia.blogspot.com
Abraços

Anónimo dijo...

leo muchisimas gracias poeta,me has dejado el regalo de comentar, y es bastante....
un abrazo vecino,gracias
lidia-la escriba

Anónimo dijo...

la mujer de Borges te autorizó su publicacion? porque la señora es como la "dueña" de todo lo de jorge luis, además de ser un persona la kodama, bien desagradable...eso trasluce en las entrevistas!
"no nos une el amor sino el espanto"
estaría justo para la señora!
un abrazo
lidia-la escriba

ANALUKAMINSKI PINTURAS dijo...

"Nunca me han atraído los espíritus confinados en una sola forma de cultura. "

De fato, espíritos confinados, seja a alguma cultura, espaço ou qualquer tipo de aprisionamento, tendem a definhar... Melhor, pois, a liberdade de movimentos, de aprendizado, de vôos!
Grata pela visita, e, quanto ao retrato onírico, ficarei contente em fazer o teu, se quiseres. Caso queiras encomendar, um dia, avise-me para combinarmos os detalhes! ABraços alados!

Unknown dijo...

hombre simplemente le quería dar las gracias por darnos la posibilidad de acceder a esta carta.